Sunday, January 11, 2009

Mayoria de Peones en el Flanco Dama

Veamos la partida
Botvinnik-Kmoch, Leningrado 1934
Defensa Caro-Kann, Variante del Cambio ( C13)

1. e4 c6 2. d4 d5 3. exd5 cxd5 4. c4 Cf6 5. Cc3 Cc6 6. Ag5 e6 7. c5 Ae7 8. Ab5 0-0
9. Cf3 Ce4 10. Axe7 Cxe7 11. Tac1 Cg6 12. 0-0 Ad7 13. Ad3 f5 14. b4





El comentario de la teoría sobre este ejemplo típico es: “Las blancas tienen una posición superior”.

El jugador medio puede muy bien preguntarse “¿por qué tienen las blancas una posición superior?”. El material está igualado: cada bando tiene una dama, dos torres, dos caballos, un alfil y siete peones. No puede decirse que las blancas hayan progresado más que las negras. Por el contrario, el caballo negro, que ocupa un punto fuerte en territorio enemigo, parece particularmente amenazador. Las piezas del otro flanco disfrutan, más o menos, de la misma movilidad: una pieza un poco más, otra un poco menos, pero no puede apreciarse una clara disparidad. Tampoco ninguno de los reyes tiene que temer un ataque directo, y el lector podría, de nuevo, preguntarse “¿por qué es superior la posición blanca; por qué se califica su ventaja de ganadora?” .

No me cabe la menor duda de que muchos jugadores de ajedrez podrían dar la respuesta correcta inmediatamente, ni tampoco de que la mayoría de esas respuestas tendrían un carácter estereotipado, desprovisto de significado real: Las blancas están mejor porque tienen una mayoría de peones en el flanco de dama.

Examinemos esta afirmación en detalle. Tanto las blancas como las negras tienen siete peones pero (y esto es lo verdaderamente crucial) no están distribuidos de forma simétrica en el tablero. Supongamos que dividimos el tablero en tres secciones, trazando dos líneas verticales entre las columnas c y d y entre las columnas e y f, como en el diagrama siguiente.




La sección I representa el flanco de dama, la sección II el centro, y la sección III el flanco de rey.

En posiciones como las del diagrama que estamos comentando, ambos bandos han enrocado corto (en el flanco de rey), y observamos que las blancas tienen más peones en el flanco de dama que las negras (tres contra dos), mientras que lo contrario sucede en el centro, donde las negras tienen dos peones por uno del rival. En el flanco de rey, blancas y negras tienen el mismo número de peones.

éste es, por supuesto, un caso claro. El peón blanco de c5 no guarda relación con los peones negros de su derecha, lo que no sería el caso de permanecer en c3. Podemos hablar de una mayoría positiva en el flanco de dama para las blancas, mientras que todos los demás peones pueden calificarse, en conjunto, de peones en el flanco de rey. En otras palabras, en el diagrama que tratamos, las blancas tienen una mayoría de 3-2 peones en el flanco de dama, mientras que las negras tienen una mayoría de 5-4 en el flanco de rey. El peón más avanzado de la mayoría blanca ha superado el peón d negro, de modo que las cadenas de peones en cada flanco son independientes la una de la otra. Pero el punto cardinal es que las blancas pueden crear un peón pasado en el ala en que tienen mayoría, mientras que las negras, con su mayoría de 5-4 en el flanco de rey, no podrán normalmente hacerlo, debido a su peón e retrasado.

Esta cuestión, por supuesto, no es meramente aritmética. También hay que tener en cuenta otros aspectos de la estructura de peones, por ejemplo, la presencia de peones doblados, que puede hacer más difícil, si no imposible, obtener un peón pasado. Un caso sería, a modo ilustrativo, con peones blancos en a2, b2 y b3, contra peones negros en a7 y b7. En otros casos puede ser preciso sacrificar para conseguir un peón pasado, por ejemplo, si tenemos peones blancos en a2, b3 y c4, contra peones negros en b4 y c5.

Ninguno de estos problemas se producen en la posición que estamos estudiando. Si no hay complicaciones, las blancas podrán siempre realizar el avance b5, con o sin la jugada previa a4, de modo que en todos los casos podrán asegurarse un peón pasado.

Asumamos, sin embargo, en beneficio del razonamiento teórico, que tanto las blancas como las negras pueden asegurarse un peón pasado. Incluso en tal caso, la mayoría del flanco de dama concede una ligera ventaja, sobre todo en el final. He aquí, de forma resumida, algunas de las razones:

1. El peón pasado en el flanco de dama se encuentra a una mayor distancia del rey enemigo, que se ve incapaz de detenerlo en su avance: un caso claro que se produce con frecuencia en finales de peones con peones alejados.

2. Forzar un peón pasado en el flanco de rey a menudo requiere el avance de peones cuya función esencial es proteger a su propio rey.

Aunque esta cuestión teórica es útil, no sería inteligente obsesionarse con ella, ya que existe el peligro de tratar todo el tema de memoria. Una mayoría de peones en el flanco de dama, incluso en el caso óptimo de 1-0, no vale más que aquello que el jugador sea capaz de hacer con ella.

Adentrémonos un poco más en la sustancia de nuestra tarea de dictamen y planificación, en el caso de la mayoría en el flanco de dama.

La primera parte no es difícil: las blancas o las negras tienen ventaja, debido a la posibilidad de crear un peón pasado alejado. Sin embargo, no podemos darnos por satisfechos con meras generalidades. Al decidir el plan que adoptaremos, debemos evaluar sobre bases sólidas si el otro bando tiene algún tipo de ventaja compensatoria, si existen factores en la formación enemiga que puedan contrarrestar nuestra ventaja posicional de una mayoría de peones en el flanco de dama.

Ahora hemos llegado al siguiente paso en nuestro debate, a saber, cómo explotar la ventaja de una mayoría de peones en el flanco de dama. A tal fin, nos remitiremos de nuevo al diagrama superior.


14. ..... Ae8 15. g3

Al impedir Ch4 o Cf4 la última jugada del blanco retarda el posible ataque de las negras sobre el flanco del Rey.

15. .... Tc8 16. Te1 Df6 17. a3

Las blancas se toman las cosas con calma.

17. .... Ce7 18. Ce5 Dh6 19. f3 Cf2

Interesante idea de Kmoch. Si las blancas se apoderan del Caballo, hay jaque perpetuo.
20.Rxf2 Dxh2+ 21.Re3 f4+ 22. gxf4 Dxf4 23. Re2 Dh2+ tablas

20. De2 Ch3 + 21. Rg2 g5 22. Cb5 Axb5 23. Axb5 Tf6 24. Ad7

La preparación final para el avance sobre el flanco de Dama ( diagrama siguiente )




24. ... Td8 25. b5 Dh5

Puesto que las negras no pueden impedir que las blancas ejecuten su plan, optan por realizar una última y desesperada tentativa por lograr algún resultado positivo en el flanco de rey.

26. c6 Th6

Con la amenaza 27 ... Cf4+ y 28 ... Dxh2+. Sin embargo, las blancas paran esta amenaza protegiendo sencillamente su peón h.

Las negras están indefensas ante el avance del peón pasado blanco:

27. Rh1 bxc6 28. bxc6 Cc8 29. c7 Tf8 30. Cc6 1-0

con la doble amenaza 31 Axe6+ y 31 Axc8, seguido de 32 Ce7+.

Está muy claro que las blancas deben el éxito en esta partida a su mayoría del flanco de dama, pero hay que precisar que para imponerse, tuvieron que explotar ese factor. Lo cierto es que tenían muchas posibilidades de equivocarse de camino, y en varios casos se vieron obligadas a encontrar la jugada precisa para neutralizar el ataque negro en el flanco de rey (15 g3, 20 De2 y 27 Rh1). También tuvieron que realizar, en el momento oportuno, las jugadas preparatorias para su avance en el flanco de dama (17 a3, 18 Ce5, 22 Cb5 y 24 Ad7), sin las cuales el avance de los peones hubiera resultado prematuro. ése es el procedimiento normal del juego, que puede resumirse como sigue:

1. Dictaminar y analizar las posibilidades de contrajuego del oponente.

2. Preparar cuidadosamente la propia vía de acción.

Este último punto es un requisito muy especial, cuando se trata de una mayoría de peones en el flanco de dama. En la posición del diagrama último, los peones, por el momento, no han conseguido nada por sí solos. Todos ellos están protegidos (a3, b4, c5), pero su fuerza no radica en sus cualidades estáticas, sino en su capacidad de avance. Esta amenaza ata a diversas piezas contrarias, de modo que no es fácil para el oponente emprender acciones en otro sector del tablero. Tras alguna preparación, las blancas pudieron finalmente poner en marcha su mayoría de peones. ¿Por qué no antes? Porque cada paso delante de un peón constituye un debilitamiento que sólo podemos permitirnos si estamos seguros de que el enemigo no lo podrá explotar en su favor. En c5 el peón blanco está sólidamente protegido por otros peones. En c6, sin embargo, el

peón blanco necesita ser protegido por piezas, y en nuestro ejemplo, las blancas se cuidaron de proteger la casilla c6 con caballo y alfil, antes de efectuar el avance del peón.

Una vez más, echemos un vistazo al diagrama original y efectuemos un dictamen y un plan.

Dictamen: Las blancas están mejor, porque tienen mayoría de peones en el flanco de dama, contra lo cual la mayoría de peones negros en el flanco de rey no constituye compensación suficiente.

Plan: El plan de las blancas, en lo que concierne a su mayoría en el flanco de dama, consta de dos fases:

1) Cuidadosa preparación del avance de peones, incluidas algunas precauciones contra el debilitamiento originado por un prematuro avance. Esta preparación consiste, sobre todo, en proteger la mayoría de peones y cubrir las casillas que el peón pasado (aspirante a coronar) debe cruzar.

2) El avance propiamente dicho, que debe producirse tan pronto como se esté seguro de que el oponente no puede impedir la promoción del peón blanco, o que sólo lo puede conseguir comprometiendo una considerable parte de sus fuerzas en la tarea.

En la elaboración de un plan siempre deben tenerse presentes las posibilidades del enemigo. En el ejemplo anterior, las blancas deben elegir una posición defensiva apropiada, contra la mayoría de peones negros en el flanco de rey.

Una última observación, en respuesta a nuestro ejemplo. Es muy poco frecuente que una característica domine el juego, excluyendo por completo todas las demás. En la práctica, es mucho más habitual que tres o cuatro características influyan sobre la situación, de modo que la partida se vuelve mucho más complicada. Sin embargo, sin entender el significado de cada característica posicional de forma independiente, no se puede llegar a dominar estos casos más complejos.

Continuaremos examinando los diversos tipos de complicaciones que pueden influir sobre el curso de los acontecimientos, que se irán clarificando a medida que estudiemos las siguientes partidas ilustrativas. No obstante, deseamos hacer énfasis en un punto, que se refiere a la culminación de los esfuerzos blancos para convertir su mayoría de peones en una ventaja decisiva. En la posición mostrada en el diagrama 16, la hora h se producía cuando las blancas, tras muchas maniobras, tanto defensivas como ofensivas, consideraron que había llegado el momento de realizar el avance decisivo a c6. ¿Tenía este peón, en aquel preciso momento, el suficiente apoyo por parte de sus propias fuerzas, para superar cualquier medida defensiva que eventualmente pudiese plantear el oponente? ésta es la cuestión clave que, en el ejemplo citado, tiene una respuesta afirmativa. Otras situaciones pueden no ser tan claras, pero un método que en ajedrez soluciona todos los problemas y elimina todas las complicaciones aún no ha sido encontrado (por suerte), y debemos contentarnos con indicar principios orientativos, ideas y sugerencias, para ayudar al propio dictamen e imaginación del jugador.

En la próxima examinaremos varios ejemplos ilustrativos de algunas formas que puede adoptar la mayoría en el flanco de dama. Se comentarán en menor detalle y sirven al propósito de dilucidar aún más las ideas ya debatidas.







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